Los números que reflejan el impacto económico de la pandemia a nivel global son críticos, tanto en las economías avanzadas como en los mercados emergentes y las economías en desarrollo. En América Latina y el Caribe se prevé una contracción del PIB de 9.4 % en 2020, mientras para los países de la zona euro esta caída se proyecta en 10.2 % y para Estados Unidos en 8 %, según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En términos de contagios y mortalidad a causa de COVID-19, la región asume un triste protagonismo acercándose a los datos registrados en Estados Unidos y Europa, sin embargo, países como Colombia y Chile se acercan al pico de casos según estimaciones de Naciones Unidas, y algunas actividades de la economía colombiana ya registran señales de reactivación. A continuación presentamos los datos clave sobre el impacto del COVID-19 en cinco países latinoamericanos:
Argentina
La economía del país ya estaba en recesión y bajo gran incertidumbre cuando lo golpeó la pandemia, en especial debido a la reestructuración de la deuda pública. El Gobierno tomó medidas de contención que mitigaron el esparcimiento del virus aunque implicó reducciones en los niveles de capacidad de producción y de la demanda local.
En materia de capacidad de contención del virus Argentina está bien parada, el país —primero de América Latina en reportar una muerte por COVID-19— cuenta con 8,500 unidades de cuidados intensivos, lo que en términos per cápita es similar a los países de Europa Meridional. En relación a los países de América Latina, Argentina posee 50 camas de hospital por cada 10,000 personas frente a las 22 de Chile y Brasil, 15.2 de México y 15 de Colombia, según la Organización Mundial de la Salud (datos del último año disponible).
Al primero de julio Argentina contabiliza 65,517 contagios y 1,307 muertes por el virus; para la misma fecha, Brasil, principal afectado en la región, registra 1,41 millones de contagios y 59,745 muertes.
De acuerdo con un reciente informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, por su sigla en inglés), el Gobierno trabaja de la mano con empresas y laboratorios locales para aumentar el suministro de respiradores y test. Las importaciones de suministros médicos están exentas de aranceles y los precios de alimentos, medicamentos y productos para el cuidado personal se mantienen a los mismo niveles de marzo.
Los sectores más afectados por el virus son: entretenimiento, transporte, restaurantes y hoteles. A su vez, las ventas del sector automotriz y del mercado minorista cayeron casi 50 % en marzo, donde textiles, zapatos y muebles presentaron las mayores reducciones. Por su parte, los estrictos controles al capital mantienen el tipo de cambio oficial estable pero la alta inflación, de 50 % anual, perjudica las exportaciones.
De acuerdo con las previsiones más recientes de la OECD, con el levantamiento gradual de las restricciones, los niveles de demanda mejorarán pero con moderación debido a la reducción de los ingresos y al aumento del desempleo. La recuperación de la confianza y de las inversiones en Argentina dependen de la correcta gestión de la negociación de la deuda pública. Este factor también incide en el alivio sobre la inflación y el tipo de cambio, indicadores impactados ante la medida del Banco Central de Argentina de apoyar el financiamiento del déficit fiscal.
La contracción del PIB Argentino en 2020 será de 9,9 % —la tercera más grave en la región después de Perú con -13,9 % y México con -10,5 %—, según las proyecciones de junio del Fondo Monetario Internacional (FMI), y para 2021 se prevé una recuperación de 2,1 %.
Brasil
La pandemia llegó a Brasil cuando el país finalmente se estaba recuperando de una larga recesión, ahora sus perspectivas económicas prevén una contracción de 9,1 % en 2020 y una recuperación de 3,6 % en 2021, según el último reporte del Fondo Monetario Internacional. Además, en términos de salud pública es el segundo país del mundo (datos actualizados a junio de 2020) con mayor número de víctimas y de contagios por COVID-19, solo después de Estados Unidos. Al primero de julio registra 1,41 millones de contagios y 59,745 muertes.
La capacidad de unidades de cuidados intensivos (UCI) se estima en 15,6 camas por cada 100 mil habitantes —frente a las nueve en España y ocho en Italia—, sin embargo, la ocupación a finales de mayo ya había llegado a su máximo límite. A diferencia de la mayoría de países de la región, el Gobierno central, en cabeza de Jair Bolsonaro, no decretó medidas estrictas de aislamiento, en contraposición a buena parte de los gobiernos regionales que sí lo hicieron en sus territorios.
Durante el primer trimestre del año, el PIB de Brasil cayó 1,5 % en relación al cuarto trimestre de 2019, este dato interrumpió cuatro trimestres de crecimiento continuo y marcó la cifra más baja del PIB desde 2015. El sector industrial tuvo una contracción de 8,2 % en el primer cuatrimestre de 2020, siendo el segmento automotriz el más afectado, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
De acuerdo a la Confederación Nacional de Industrias (CNI) abril fue el mes con los peores indicadores para la industria. La producción cayó 27,2 % en relación al mismo periodo de 2019, además registró disminuciones de 23,3 % en ingresos, de 19,4 % en horas de trabajo y de 2,3 % en número de empleados.
Según el informe de la OECD, el grado de confianza y las expectativas de gerentes de compras se han visto fuertemente afectados durante la pandemia; las ventas al por menor basadas en pagos con tarjeta cayeron 30 % entre el primero de marzo y el 30 de mayo. Los sectores más afectados han sido automotriz, turismo, hospitalidad y las actividades comerciales informales.
Las medidas del Gobierno para mitigar el impacto económico incluyen recortes a las tasas de interés y una línea de crédito especial para cubrir los salarios de los empleados que reciben hasta dos salarios mínimos mensuales, donde el 85 % del riesgo crediticio está a cargo del Estado. Adicionalmente, la inversión en salud y el apoyo económico a los estados y municipalidades se incrementó en un 2 % del PIB, el Gobierno se comprometió a crear nuevas líneas de crédito para las empresas y a cubrir los primeros 15 días de baja de los trabajadores con COVID-19.
Gremios como la Confederación Nacional de Industrias (CNI) confían en la recuperación progresiva de la economía, a su vez, recientemente el Gobierno firmó un acuerdo para producir una de las vacunas más prometedoras contra la COVID-19 que actualmente se encuentra en fase de prueba.
México
El nuevo coronavirus golpea fuerte y desde distintos ángulos a México. La economía más grande de América Latina ha tenido que hacer frente a la caída en los precios del petróleo, el congelamiento del sector turístico, la incertidumbre en los mercados financieros y la ruptura de las cadenas de suministro de sus industrias más robustas.
El 30 de marzo, un mes después de que se registró el primer caso positivo de COVID-19, el Gobierno central declaró la emergencia sanitaria en todo el país. A partir de esa fecha las autoridades tomaron medidas para contener el brote, que incluyeron diferentes grados de aislamiento voluntario en función de los niveles de contagio en las regiones, reconversión de infraestructura pública y privada en instalaciones hospitalarias y acuerdos con Estados Unidos y China para adquirir equipos médicos.
Al primero de julio México contabiliza 226 mil casos confirmados y 27,769 decesos por COVID-19. Las zonas más afectadas por el virus son Ciudad de México, el Estado de México, Tabasco, Veracruz, Puebla y Baja California.
- Producción
El último análisis del Fondo Monetario Internacional proyecta una contracción del PIB de 10.5 % en 2020 y una recuperación de 3.3 en 2021. Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó los primeros datos del impacto de la pandemia en México: el PIB cayó 19.9 % en abril en relación al mismo mes de 2019; el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) mostró una disminución de 17.3 % en abril respecto al mes previo, con cifras desestacionalizadas; la actividad industrial cayó 25.1 % de marzo a abril; el sector de comercio y servicios se contrajo 14.4 %; y las actividades primarias (agricultura, ganadería, caza, pesca y la explotación forestal) descendieron 6.4 % en el mismo periodo de tiempo.
El sector manufacturero tuvo una contracción mensual de 30.5 % en abril, donde la fabricación automotriz fue la mayor afectada con una disminución de 81.1 %, seguida de los segmentos de insumos textiles (-74 %), fabricación de ropa (-74 %), maquinaria y equipo (-35 %) e industria de bebidas (-35 %). Los sectores con los menores impactos en este mismo periodo fueron la industria alimentaria (-0.2 %) y la de productos asociados al petróleo (-1.8 %). Por su parte, la industria de la construcción tuvo una contracción mensual de 32.8 %, donde la edificación fue la más afectada (-38.2 %) mientras las obras de construcción civil retrocedieron 16.7 %.
En términos anuales, el IGAE tuvo una reducción de 19.7 % en abril frente al mismo mes de 2019, con una caída de 29.6 % en las actividades industriales y de 16.1 % en comercio y servicios; en contraste, las actividades primarias aumentaron 2.4 %.
- Comercio
De acuerdo con el Inegi en mayo las exportaciones totales mostraron una reducción anual de 56.7 %, la cual fue resultado de las contracciones de 56.3 % en exportaciones no petroleras y de 63.8 % en las petroleras. En cuanto a las exportaciones no petroleras, las que tenían como destino Estados Unidos cayeron 57.2 % y las que estaban dirigidas al resto del mundo se redujeron 51.8 %.
Por el lado de las importaciones el golpe fue igualmente duro. El valor por concepto de importación de mercancías en mayo fue de USD 21,592 millones, monto que representó una caída anual de 47.1%; esta cifra fue reflejo de la disminución de 44.3 % en las importaciones no petroleras y de 69.4 % en las petroleras. Los descensos por tipos de bien están representados en: -55.8 % en importaciones de bienes de consumo, -46.7 % en bienes de uso intermedio y -38.3 % en bienes de capital.
En materia de impacto sobre el empleo, los datos más recientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dan cuenta de la pérdida de más de un millón de empleos formales entre abril y mayo del presente año.
A pesar de una gran número de indicadores críticos, siempre existen oportunidades en medio de la tormenta. TMF Group, proveedor de servicios empresariales, realizó una encuesta entre 300 ejecutivos de compañías multinacionales de diversos sectores, quienes expresaron su preocupación por el desempeño de las cadenas de suministro internacionales y dijeron que están considerando trasladar sus operaciones de países como China e Italia. A pesar de la incertidumbre, un tercio de los encuestados afirmaron que planean acelerar la expansión comercial nacional o internacional, buscando oportunidades tras la pandemia, y entre los países que están considerando para su expansión se encuentran Canadá, Reino Unido y México.
Finalmente, parte de las expectativas de recuperación también residen en la entrada en vigor, el primero de julio, del acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México (T-MEC). En términos generales, este acuerdo otorga a México un acceso preferencial al mercado de Estado Unidos bajo nuevas pautas de comercio y protección de la propiedad intelectual, así como disposiciones laborales más estrictas que requirieron reformas en la normativa mexicana.
Colombia
La pandemia llegó a Colombia cuando el país esperaba un año prometedor gracias al equilibrio de su economía frente a la inestabilidad política y económica de otros países de la región. En 2019 el país tuvo una tasa de crecimiento de 3.3 % frente al 0.1% de América Latina y el Caribe, según datos de la CEPAL.
Ante la aparición de los primeros casos en la primera semana de marzo, el Gobierno tomó medidas para la contención del virus rápidamente, a mitad del mes se declaró la emergencia económica y social y para la última semana las fronteras estaban cerradas y toda la población (excepto las involucradas en actividades esenciales para atender la pandemia) se encontraba en confinamiento obligatorio. Estas medidas se han flexibilizado de forma gradual en distintas regiones en relación a la evolución del virus.
Los niveles de contagios diarios y fallecimientos se mantuvieron bajos hasta mitad de mayo en relación a otros países de la región; hasta esa fecha los decesos nunca superaron los 21 por día. Desde entonces los indicadores han tenido mayores incrementos y al primero de julio el país contabiliza 102,000 contagios, con 4,149 como número máximo en un mismo día, 3,470 muertes y la capacidad de UCI’s en Bogotá, la ciudad con más casos registrados, se encuentra al 71 %.
En términos económicos el país siente los impactos de las medidas de confinamiento, la caída en los precios del petróleo y la deficiencia en la agilidad de las ayudas gubernamentales. El FMI prevé una contracción del PIB de 7.8 % en 2020 frente a una recuperación de 4 % en 2021.
En el primer trimestre del año el PIB cayó 2.4 % y para abril el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) registró la contracción más grande de la historia al decrecer 20 % con respecto al mes de abril de 2019, cuando presentó un crecimiento de 2.30 %. En ese mismo periodo las actividades primarias decrecieron 13.75 %, las actividades secundarias decrecieron 50.12 %, las actividades terciarias cayeron 13.30 % y las exportaciones presentaron una disminución anual de 52.3 % .
Para mayo, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) registró una caída de 18,5 % en la producción de petróleo y una tasa de desempleo de 21,4 %. Por su parte, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) registró un balance de – 34 %, lo que representó un incremento de 7,3 puntos porcentuales frente a abril.
El sector más afectado por las medidas de aislamiento es el de servicios y las actividades con mayores impactos fueron los servicios de alojamiento, comida, servicios inmobiliarios, administrativos, actividades profesionales y técnicas, construcción y comercio.
Las acciones de las autoridades para mitigar los efectos económicos de la pandemia en el sector empresarial incluyen la concesión de garantías de crédito, el aplazamiento de los pagos de capital en los préstamos existentes y la cancelación de las contribuciones a las pensiones de los trabajadores.
Por su parte, el banco central redujo la tasa de interés 175 puntos básicos durante 2020 (datos al 30 de junio), la más baja en la historia monetaria del país. Durante el anuncio de la última reducción, Juan José Echavarría, gerente general del Banco de la República, explicó que esta medida se tomó con base a que “las revisiones a la baja del crecimiento local y global sugieren una ampliación sustancial de los excesos de capacidad productiva y mayor deterioro del mercado laboral, frente al mes anterior”. El directivo expresó que la entidad espera una recuperación lenta de los principales socios comerciales de Colombia en lo que resta del año. También añadió que “las condiciones de los mercados financieros han mejorado respecto al comienzo de la crisis pero persiste una gran incertidumbre en el contexto macroeconómico global”.
Chile
El primero caso del nuevo coronavirus fue detectado la primera semana de marzo y su propagación fue rápida, afectando principalmente a la Región Metropolitana de Santiago, que concentra más del 50 % de contagios por COVID-19. Al primero de julio Chile registra 5,753 muertes y es el séptimo país del mundo en número de infectados con más de 282 mil casos confirmados. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de mantenerse las condiciones actuales, el país alcanzará el pico de casos a mitad de julio.
De acuerdo con un informe publicado por la OECD en junio, las medidas de contención afectan a cerca de una quinta parte de la economía: “los hoteles y restaurantes, que representan el 2.3 % del PIB, han detenido su actividad. El transporte, que representa el 5 % del PIB, y las ventas minoristas, que operan al 50-60 % de su capacidad, amenazan el empleo en estos sectores”.
El FMI prevé que el PIB disminuirá 7.5 % en 2020 y repuntará un 5 % en 2021. Para Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental de la entidad, “se prevé que la actividad económica se contraiga bruscamente en el segundo trimestre de 2020 debido a las estrictas medidas de distanciamiento social y, en menor grado, al debilitamiento de la demanda externa. Para el comienzo del tercer trimestre se espera un repunte de la actividad que debería continuar en 2021, gracias a las medidas sin precedentes que se han adoptado en los ámbitos fiscal, monetario y financiero”. Esta proyección se alinea con los resultados divulgados por el Banco Central de Chile, que informó una caída de 15.3 % en la economía del país en mayo en comparación con el mismo mes de 2019.
De acuerdo al reporte del organismo, en mayo, cuando los contagios de aumentaron de forma significativa en Chile, las actividades más afectadas fueron los servicios y el comercio, y, en menor medida, la industria manufacturera y la construcción; la actividad minera fue la única que mostró cifras de crecimiento.
Las medidas de los entes oficiales para mitigar el impacto económico hasta la fecha incluyen un paquete fiscal temporal, aprobado en marzo, equivalente al 4.7 % del PIB y otro de 2 % en abril para proporcionar liquidez a las empresas y apoyar a los trabajadores afectados. A su vez, el Gobierno implementó un mecanismo para proteger los ingresos laborales y que permite la suspensión temporal de las relaciones contractuales de los empleado cuando el teletrabajo no es viable.